“¿Como me veo? Esto no me queda bien”. “¿Que pensara el resto?” “No me veo bonita o no me veo atractivo”. Muchas veces son las preguntas que los jóvenes se hacen y se transforman en disparadores de una serie de hábitos que con el tiempo pueden llegar a perjudicar su salud al punto tal de convertirse en un trastorno alimenticio.
Individuo pesándose en un balanza electrónica.
Pero ¿Cómo llegan estos jóvenes a tomar decisiones que a futuro pueden dañar seriamente su salud?
La respuesta es fácil y la vemos todos los días en la televisión, en el internet, en la cartelería pública o en cualquier lugar donde constantemente nos muestran un ideal de belleza relacionado con una persona delgada y esbelta.
Frente a la necesidad de sentirse aceptados, y de pertenecer , muchos jóvenes comienzan a tomar decisiones para moldear sus cuerpos con la intención de parecerse a estas imágenes ficticias, alteradas y que poco tienen que ver con la realidad pero sobrevaloradas en muchas ocasiones por el resto de la sociedad.
Cuando los alimentos que ingerimos todos los días, nuestra forma de vida o nuestra anatomía no nos acompaña adoptamos la solución que nos parece la más simple: Hacer dieta.
Pero la dieta tiene algunos inconvenientes. Cada ves se vuelven más comunes premisas como «Es necesario cuidarse siempre de las calorías» “Disculpa ¿Cual es el valor calórico de este alimento” “¿es light? Porque estoy a dieta”, etc… Esta conducta sin el correcto control, puede convertirse en un trastorno alimentario sino se lleva a cabo la supervisión de un profesional médico y un nutricionista.
Constantemente estamos siendo bombardeados desde todos los canales de comunicación (Televisión, revistas, diarios o la internet) acerca de procedimientos dietarios que nos prometen perder entre ¡8kg , 12kg, hasta 18kg! En tan solo 8 semanas. Lo que muchas personas no saben es que estas dietas en la mayoría de los casos suelen tener consecuencias adversas para nuestro organismo.
¿Qué es un trastorno alimenticio?
Los trastornos alimentarios son variaciones de los hábitos alimenticios comunes que llevan al desarrollo de enfermedades tales como:
- La anorexia nerviosa que es la negación a la comida.
- La bulimia, caracterizado por “atracones” constantes de comida seguidos de vómito inducido.
- Ortorexia, que es la obsesión por la “comida sana”.
- la vigorexia que es la obsesión por un cuerpo perfecto utilizando suplementos alimenticios.
- La permarexia piensan que todo lo que se ingiere engorda y están constantemente sometidos a dietas para bajar de peso. Trastorno que principalmente aqueja a las mujeres.
Desde la década del ´80 a esta parte, El trastorno de la Permanexia viene tomando más fuerza entre los jóvenes. No parece ser una enfermedad sino que “simula” ser la forma adecuada de llevar una vida sana.
Para entender un poco más a lo que referimos vale destacar los síntomas:
- Preocupación constante por conocer e implementar diferentes tipos de dietas para bajar de peso
- Obsesión por las Calorías de cada alimento
- Constantes y drásticas subidas y bajadas de peso debido a las dietas
Una alerta puede ser cuando en el mismo grupo social empezamos a escuchar reiteradas veces de la misma persona, como si fuese algo por lo que sentirse orgulloso. “Yo ya no como carbohidratos, porque tiene muchas calorias” o “no sabes baje 7 kilos súper rápido gracias a esta dieta”.
Revisamos un poco los números que arrojan diferentes estudios o seminarios especializados en el tema. Destacamos un seminario que se realizó en Colombia bajo el lema «Soy hermosa, libre de preocupaciones relacionadas con la comida y mi cuerpo». En él participaron 12 especialistas de Colombia, Venezuela, El Salvador y Estados Unidos para intercambiar conocimientos y presentar testimonios de pacientes con el fin de identificar nuevos y mejores tratamientos.
Las estadísticas compartidas fueron las siguientes:
Actualmente, nueve de cada diez personas que presentan desórdenes alimenticios en América Latina son mujeres.
México con más de un millón de casos conocidos encabeza la lista de países de la región con más trastornos alimenticios.
Le siguen Colombia, con más de 800.000 diagnósticos; Venezuela con medio millón de casos y Argentina 200.000
Es indispensable que como sociedad nos ocupemos de esta situación que daña a nuestros jóvenes como así también puede dañar las relaciones familiares. Muchas veces los jóvenes que sufren estos trastornos pueden presentar comportamientos agresivos, pueden manifestar no sentirse apoyados ni comprendidos e incluso manifestar retraimiento. En otras ocasiones, por desconocimiento del trastorno, la familia puede incentivarlos a realizar una dieta. Al hacer bromas referidas al peso o la figura de un miembro familiar o porque entienden que está excedido de peso y lo someten a tratamientos equivocados.
Es por esta razón que entendemos que nos encontramos con una oportunidad inmejorable para entre todos buscar el porqué de esta problemática y en conjunto resolverla. Por mas común o simple que parezca debemos permanecer atentos a estos comportamientos, para poder actuar con rapidez de ser necesario y acompañar a las personas que lo sufren con el seguimiento adecuado de profesionales en el tema y por supuesto la familia.
Generar hábitos alimenticios en nuestros hijos es primordial, pero también entendernos y escucharnos entre todos. Acompañar a las personas con el ejemplo y la contención. El bienestar y la salud se logran de forma colectiva con una sociedad activa y comprensiva.