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Obesidad y diabetes, dos enemigos de nuestra salud.

Según la Organización Mundial de la Salud es posible estimar que cada año fallecen alrededor de 3,4 millones de personas adultas en el mundo como consecuencia del exceso de peso y la obesidad. Asimismo, pueden atribuirse al exceso de peso gran parte de la carga de enfermedad como el caso de la diabetes (44%). 

En el caso de las personas obesas, el riesgo de padecer diabetes es tres veces mayor al de las personas que no tienen obesidad. 

Cuanto más elevado es el sobrepeso, más elevada es la cantidad de grasa en el organismo. De forma paralela, se observa un aumento de la glucemia. Efectivamente, la grasa proporciona energía al músculo en detrimento de la glucosa, lo que provoca un aumento de la glucemia. El páncreas secreta insulina en exceso para intentar reducir la elevada cantidad de glucemia, lo que conlleva un estancamiento de este último, que no es capaz de producir suficiente insulina. De este modo, la insulina ya no puede regular la glucemia. Entonces se produce la hiperglucemia y también se desarrolla la diabetes. Por tanto, en el caso de las personas obesas, la diabetes es consecuencia del exceso de peso.

El “ajuste” que tiene que hacer una persona con diabetes es adaptar la alimentación, el ejercicio y el tratamiento (insulina o pastillas) para evitar los cambios bruscos de azúcar en sangre ya que tener diabetes significa que el organismo no puede controlar la glucemia en forma automática. La persona con diabetes debe “pensar” lo que come: qué, cuánto y cuándo, para tratar de compensar la falla en el efecto de la insulina.

En la diabetes el desafío es lograr incorporar a los alimentos con almidón en todas las comidas, pero en una cantidad moderada y acompañados de otros alimentos que hagan más difícil la digestión.

Las calorías que necesita una persona con diabetes adelgazada que debe recuperar peso perdido o que realiza un gran desgaste físico son muy diferentes a la persona con diabetes que está con sobrepeso y debe adelgazar como parte esencial del tratamiento.

Por eso las indicaciones generales valen para todos aquellos que no tengan que resolver algún otro trastorno en el que la alimentación debe ser adaptada especialmente. De allí la importancia de la consulta con la nutricionista.

Fuente: https://www.fad.org.ar/nutricion-y-diabetes/ Dra. Marcela de la Plaza. – Médica especialista en Nutrición y Diabetes. MP 52497 – MN 57804 –